Si seguimos haciendo lo mismo, los resultados obtenidos siempre serán iguales.
Si revisamos un poco la historia patria, fácilmente vamos a encontrar que todo el asunto político se trata de una “repetición de la repetidera”; es decir, Liberales y Conservadores que se han ido repartiendo el poder periodo tras periodo, sin que haya la más mínima expresión de inconformismo en los unos o los otros, ya que el dichoso “Frente Nacional” establecía que el gobierno de turno entregaría dádivas a su opositor; y así ha venido ocurriendo hasta el día de hoy; recuerden por ejemplo el patético caso de Andrés Pastrana, quién en algún momento, cansado de la ausencia mediática, reaparecía haciendo fuertes críticas al gobierno de Uribe. Cómo dicen los abuelos, rápidamente “le callaron la boca con una embajada” y pare de contar; sin embargo, no tiene porque seguir siendo así; los Colombianos somos gente de bien, por qué tolerar las mafias al interior de los gobiernos?, o acaso estamos de acuerdo con la política de crecimiento económico individual (léase hijos, amigos y allegados) y de arrasamiento contra las clases humildes?. Nuestro país no necesita un mesías, necesita una persona de carne y hueso capaz de comprender e interpretar el sentir de una nación agobiada en todos los aspectos; en lo económico y social (salud, educación, vivienda, servicios públicos, etc.) es el país donde la brecha entre ricos y pobres se profundiza de manera desaforada; y en lo psicológico, de alguna todos hemos sido víctimas de la opresión, ya que somos parte de la “generación asustada”; es decir, testigos de la devastación de la clase obrera, sindicalista y defensora de los derechos humanos: “en boca cerrada no entran moscas” es lección aprendida con una alta cuota de sangre. Necesitamos una persona que entienda que es la equidad social la que contribuye a construir una paz duradera y no los fusiles; necesitamos una persona capaz de dirigir los destinos de la nación hacia un mejor mañana, en beneficio de todos y todas, no en beneficio de sí mismo o su familia; necesitamos una persona que conciba la dignidad del ser humano como su principal objetivo de gobierno, y no las venganzas de carácter personal; en fin, para no extenderme, necesitamos a Gustavo Petro; créanme que esta vez no se trata de un asunto ideológico, ustedes mismo habrán podido darse cuenta en los debates televisivos, de las capacidades de Gustavo Petro, de sus conceptos de nación, gobierno y ciudadanía; ninguno como él sabe lo que le conviene al país, su cuna humilde y sus enormes capacidades así lo demuestran.
Gustavo Petro le conviene al país, él sabe lo que le conviene al país; usted sabe lo que le conviene al País?
Si revisamos un poco la historia patria, fácilmente vamos a encontrar que todo el asunto político se trata de una “repetición de la repetidera”; es decir, Liberales y Conservadores que se han ido repartiendo el poder periodo tras periodo, sin que haya la más mínima expresión de inconformismo en los unos o los otros, ya que el dichoso “Frente Nacional” establecía que el gobierno de turno entregaría dádivas a su opositor; y así ha venido ocurriendo hasta el día de hoy; recuerden por ejemplo el patético caso de Andrés Pastrana, quién en algún momento, cansado de la ausencia mediática, reaparecía haciendo fuertes críticas al gobierno de Uribe. Cómo dicen los abuelos, rápidamente “le callaron la boca con una embajada” y pare de contar; sin embargo, no tiene porque seguir siendo así; los Colombianos somos gente de bien, por qué tolerar las mafias al interior de los gobiernos?, o acaso estamos de acuerdo con la política de crecimiento económico individual (léase hijos, amigos y allegados) y de arrasamiento contra las clases humildes?. Nuestro país no necesita un mesías, necesita una persona de carne y hueso capaz de comprender e interpretar el sentir de una nación agobiada en todos los aspectos; en lo económico y social (salud, educación, vivienda, servicios públicos, etc.) es el país donde la brecha entre ricos y pobres se profundiza de manera desaforada; y en lo psicológico, de alguna todos hemos sido víctimas de la opresión, ya que somos parte de la “generación asustada”; es decir, testigos de la devastación de la clase obrera, sindicalista y defensora de los derechos humanos: “en boca cerrada no entran moscas” es lección aprendida con una alta cuota de sangre. Necesitamos una persona que entienda que es la equidad social la que contribuye a construir una paz duradera y no los fusiles; necesitamos una persona capaz de dirigir los destinos de la nación hacia un mejor mañana, en beneficio de todos y todas, no en beneficio de sí mismo o su familia; necesitamos una persona que conciba la dignidad del ser humano como su principal objetivo de gobierno, y no las venganzas de carácter personal; en fin, para no extenderme, necesitamos a Gustavo Petro; créanme que esta vez no se trata de un asunto ideológico, ustedes mismo habrán podido darse cuenta en los debates televisivos, de las capacidades de Gustavo Petro, de sus conceptos de nación, gobierno y ciudadanía; ninguno como él sabe lo que le conviene al país, su cuna humilde y sus enormes capacidades así lo demuestran.
Gustavo Petro le conviene al país, él sabe lo que le conviene al país; usted sabe lo que le conviene al País?
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